En absoluto echaba de menos la vida de antes. Ella misma, había luchado para que las cosas cambiaran y evolucionaran, saboreaba cada instante del presente y era consciente de que vivía en un lugar donde poder elegir era una elección.
Sin embargo, observaba con cierta tristeza y preocupación cómo emergía una sociedad insatisfecha a su alrededor. Ahora existían múltiples opciones para cualquier cosa, pero la gente parecía perderse en ellas. Nada era lo suficientemente bueno, elegir había dejado de ser una solución para convertirse en un problema, no se valoraba suficientemente lo conseguido, siempre podría existir algo mejor…
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Esta introducción nos abre la puerta a un tema que en psicología se trató magistralmente hace ya algunos años, pero su vigencia sigue estando hoy en día de rabiosa actualidad
El psicólogo Barry Schwartz investigó
el hecho de cómo el tener demasiadas alternativas para elegir podría influir
negativamente en nuestra felicidad. En
las llamadas sociedades ricas, aparece un tipo de ansiedad relacionado con esta
cuestión. Se ha comprobado cómo el coste
que conlleva la toma de decisiones esm en muchos casos, demoledor. No dejan de sorprendernos
los resultados de los estudios llevados a cabo. Parece razonable pensar que, a mayor alternativas,
más satisfacción, pero los datos nos
revelan lo contrario: ciertamente, cuando nos dan a elegir entre menos
alternativas, parece que nos sentimos más satisfechos con lo que se nos da.
Siguiendo a Schwart, éste hizo una clasificación de las personas
en Maximizadores y Satisfactores.
Los maximizadores, en su búsqueda
incansable de obtener de cada situación siempre “lo mejor”, examinan una y otra vez todas las opciones para poder
tomar una decisión. Una vez tomada, surge
de nuevo la duda de no haber tomado la decisión correcta, siempre
puede haber algo mejor…
Los satisfechos, son aquellas
personas que se conforman con lo que es simplemente bueno. Tienen ciertos criterios que, de cumplirse,
hacen que tomen la decisión. Disfrutan de lo que han obtenido. No sienten la necesidad
de asegurarse de si hay alguna alternativa mejor.
Schwart, introduce una pregunta: dado
el esfuerzo que tienen que hacer para decidir, ¿realmente los maximizadores
hacen las mejores elecciones? La conclusión
a la que llegó fue que, aunque objetivamente podrían estar haciendo las mejores
elecciones, no era así subjetivamente, dado que el coste del proceso de la
elección no necesariamente les hacía más felices.
ARpsicología
Para los que querais ampliar información, se puede encontrar en You Tube, la entrevista completa (tres videos) realizada por Eduard Punset a Barry Schwart bajo el título: Por qué más es menos
Yo me temo que he caído en la trampa de que siempre hay que buscar lo mejor, se me educó así, el problema es que mi "perfeccionismo" no me deja disfrutar muchas veces de lo que consigo.
ResponderEliminarPor cierto, he visto los videos. Gracias.
ResponderEliminarNo eres la única a la que educaron así, yo vengo de una familia donde no ser el primero en todo, era fracasar. Yo he podido cambiar el chip.
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