Asesoramiento y Terapia Psicológica

Artículos, comentarios y noticias de Psicología

sábado, 28 de julio de 2012

En tiempos de crisis...

Difíciles tiempos se avecinan. Todo parece estar cambiando con un futuro a medio plazo poco halagüeño. En estos momentos donde nuestro sistema de vida parece derrumbarse, donde nuestro bienestar se ve atacado por varios frentes, se produce una convulsión en las personas que suele derivar, en más casos de los que quisiéramos, en problemas físicos y psicológicos más o menos graves dependiendo de los recursos con que contemos para hacerles frente.

Es innegable que muchas personas pierden su trabajo, se niegan derechos adquiridos durante años, viéndose abocados a brear con una situación desesperada. Otros ni tan siquiera llegan a alcanzar su primer empleo. Estas situaciones, por sí mismas, producen una serie de alteraciones en el organismo, en muchos casos de índole grave. Está ampliamente demostrado que las situaciones de estrés mantenidas en el tiempo producen una bajada de las defensas del sistema inmunológico, ocasionando importantes enfermedades, tanto físicas como mentales.

¿Qué hacer ante esta situación?...


Es importante contar con cierta de dosis de realismo, cierta dosis de aceptación y cierta dosis de esperanza. En cómo mezclar estos ingredientes está el éxito


Realismo.

Hay que partir de lo que hay, de lo que está sucediendo, no valen paños calientes. Para encontrar soluciones tenemos que saber a que nos enfrentarnos. No hay otra manera.

Cada uno desde su ideología se posicionará en un lugar u otro, pero es evidente que cuando somos realistas - aunque nos disguste lo que está sucediendo - podemos ser capaces de empezar a modificarlo y contar con cierto margen de maniobra para actuar en consecuencia. Ser realista no excluye manifestar nuestro rechazo a situaciones que creamos injustas. Hoy en día, más que nunca necesitamos hacerlo, por el bien de todos.

Aceptación.


Es importante no confundir aceptación con resignación. Es frecuente cometer el error de pensar que aceptar lo que nos sucede significa no desear cambiarlo. Esto es falso. Para producir un cambio se hace necesario aceptar primero los hechos. Cuando aceptamos reconocemos lo que no nos gusta y de este modo podemos empezar a cambiarlo. La resignación, por el contrario hace que nos sintamos incapaces de modificar nada. Resignarse tiene que ver con un acto de sumisión, en cambio la aceptación pone en marcha un mecanismo de reconocimiento de la situación. La idea es no quedarse atrapado en un estado de angustia y amargura y ser capaz de procesar y generar un cambio.

Esperanza.


Estudios recientes han afirmado que poseer optimismo y esperanza incrementa nuestra capacidad para afrontar los problemas, favorece la claridad mental, la toma de decisiones y la resolución de los mismos. Es importante, por consiguiente, no caer en estados de pesimismo, desánimo y sensación de fracaso. El optimismo nos hace creer en nosotros mismos, y nos da mayor seguridad y confianza en nuestros propios recursos para salir adelante. Cuando nos quedamos absortos en los problemas y dificultades perdemos la perspectiva no siendo capaces de percibir la luz al final del túnel, nos volvemos negativos y podemos incluso caer en la autodestrucción. La esperanza nos permite encontrar soluciones inesperadas y nos enseña que siempre hay una salida para todo.

Es imprescindible no dejarse llevar. Podemos detenernos y darnos unos minutos para ser realistas, cultivar la aceptación y la esperanza, merece la pena el resultado.


                                                                                                 Alicia Reyes

No hay comentarios:

Publicar un comentario