Todo nuestro mundo parece girar en torno a la toma de decisiones dicotómicas: "O soy el más listo o rematadamente tonto", "O soy la más guapa o la más horripilante del lugar", "o playa o montaña"... y así la lista puede hacerse interminable.
¿Qué es mejor, ser optimista o pesimista?.
La respuesta a simple vista parece obvia, pero detengámonos un momento y pensemos en la respuesta más despacio.
Hace unos días...,